Las verdades que me sostienen

Estoy a salvo en mi propio cuerpo.

Mi cuerpo es mi vehículo sagrado para experimentar en esta tierra. Nada de lo que sienta es erróneo. Sólo aprendo a escucharlo y honrar lo que me pide.

Soy suficiente

Soy suficiente con todos mis matices. No tengo que cambiar nada para ser aceptada o amada. No estoy fallada ni rota. Sólo soy una humana; una humana valiosa en todas mis estaciones.

Yo soy mi refugio seguro y fuente de infinito amor.

Yo soy mis raíces firmes, mi hogar y mi fuente de amor. Dejo de buscar afuera lo que me corresponde darte. Todo lo de afuera, un regalo; la responsabilidad es mía.

Toda la sabiduría y poder está en mí.

Cualquier “buen” guía exterior lo que hará es acercarme a mi guía interior. Este último es el que de verdad lleva el timón.

La Madre Tierra y Dios me sostienen.

Vivo alineada, enraizada, conectada con la divinidad; y disfruto de la abundancia de este plano terrenal y planos más sutiles.

Mi propósito más grande es gozar esta vida.

Todos tenemos un propósito para el cual vinimos a este espacio. Ese propósito puede ser gozar mi existencia. Sí, así de “normal” y está perfecto.

Me permito habitarme entera, porque TODO es valioso en mí.

Habito mi fuerza y vulnerabilidad, mi verano e invierno, mi dolor y alegría. Me permito habitarlo todo. En todas mis etapas soy igual de valiosa. Todo me hace evolucionar.

Todo lo que sueño lo puedo crear.

Mi poder creativo es ilimitado. Me permito vivir soñando e ilusionarme con las creaciones que desee mi alma. Este portal es una de ellas.

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¿Quién soy?

Terapia integral